domingo, 15 de noviembre de 2015

Sin embargo, fueron tuyos los primeros voleteos.

Un largo fin de semana, sola y aburrida en casa.
Viernes de desesperación, pensando en lo que podrías o no hacer,
recordándote a cada momento, que te quiero,
que eres especial y que espero que no me falles, 
a pesar de que yo, te fallé.

Larga tarde de sábado, añorando momentos, 
palabras, miradas... deseando salir para beber y bailar.

Al llegar el atardecer, el sol se pone en esta ciudad tan fría y gris,
me asomo a la ventana y el parque lleno de luz durante el día,
parece un parque fantasma, donde gracias a la niebla, 
parece que solo habita la soledad.

De repente, la luz del móvil se enciende,
era un mensaje tuyo, diciendo que quieres verme, 
que me echas de menos. Pero después de saber algunas cosas,
no sabía si creerlo.

En realidad, no quería verte y creo que ni siquiera saber de ti,
pero por dentro, tenía ganas, muchas ganas. 
Tenía ganas de que me aclararás todo, todo lo que sabía,
todo lo que leí, todo lo que me hacía desconfiar, 
tenía muchas dudas, las cuales estoy aprendiendo a ocultar.

Lo que menos me gusta, son las mentiras, y 
cuando estoy empezando a confíar en una persona, y
me miente, todo lo que había construido, se derrumba. 
Aunque a simple vista no lo aprecies, es así.

Pero esta vez es diferente, quiero que sea diferente.
Quiero que esto que empezó mal, acabe bien o que,
nunca acabe, bueno, simplemente quiero que vaya bien. 
Por fín, después de tantos años, después de tantos fallos, 
de tantas derrotas, de tantas desilusiones,
me he dado cuenta que somos nosotros mismos
quienes decidimos  como nos afectan o no las cosas. 


Pd: Ojalá tus "te quieros" fueran verdaderos.

-AnaMR.