Llegados a este punto, no merece la pena arrepentirse y,
mucho menos rendirse.
Después de los meses tan complicados que has pasado,
de las noches de insomnio, de las horas previas,
de las preocupaciones, del estrés.
Has pasado por muchísimas cosas malas, y aunque no lo creas por cosas buenas,
que en un futuro te servirán de experiencia,
sabes que has cometido un montón de errores,
algunos que aún se pueden solucionar y otros,
que simplemente, es mejor olvidar.
Parece que esos días grises vuelven a aparecer,
que tu mundo se derriba.
Pero sabes que esto no es nada, porque lo peor ya ha pasado.
Y aunque no lo parezca sacas fuerzas de donde nunca imaginaste,
porque en el fondo sabes que puedes con ello,
ya sea la situación que sea, porque recuerda,
tienen que mandar más tus sueños que tus miedos.
"La felicidad puede hallarse hasta en los más oscuros momentos si somos capaces de usar bien la luz".
- AnaMR
